Recientemente he tenido el placer de haber sido invitada como ponente a una de las sesiones de formación que el CLUB BALONCESTO GRAN CANARIA ha organizado para todo su staff técnico en este periodo de confinamiento.
Los principios del alto rendimiento son aplicables a cualquier actividad y a cualquier nivel, y éstos postulan que el equilibrio y la autorregulación emocional son básicos para lograr el rendimiento óptimo; por esto insisto en enseñar a los entrenados, cuanto antes, a conocer sus emociones, sus potencialidades y debilidades, sus habilidades y destrezas, y sus hábitos ya adquiridos por la experiencia, su estilo de liderazgo
Todos los entrenadores de formación deberían además ser conscientes de la importancia de los primeros aprendizajes (momento en que se crean esquemas mentales); ser conocedores de las tres fases del aprendizaje (de lo cual hablaré en mayor detalle en otra publicación); y estar en posesión de las herramientas necesarias para una comunicación eficaz que permita potenciar y hacer más eficiente el aprendizaje de sus entrenados.
En el deporte no hay atajos sino procesos. Si los jóvenes aprenden sin referencias, cuando se pierdan no sabrán encontrar el camino.
Hablar de Psicología en el Deporte no solo se refiere al trabajo específico de los deportistas sobre las variables psicológicas que influyen en el rendimiento, ya sean individuales o colectivas. La Psicología está presente siempre de forma transversal en la forma en que los entrenadores se comunican con sus deportistas: desde la forma en la que damos instrucciones, corregimos errores, o afrontamos las charlas pre-competición o descandos durante la misma, hasta la forma en la que nos relacionamos con los deportistas y sus familias. Por eso durante esta sesión hablamos sobre todo de ESCUCHA y COMUNICACIÓN (e+c), esto es, psicología ni más ni menos.
Se suele olvidar que un deportista es una persona antes de que que coja una raqueta o golpee un balón.
Como dice Pep Marí, la psicología hace trajes a medida, no uniformes y si no conocemos quiénes son nuestros deportistas, porqué están practicando este deporte, y qué objetivos y expectativas tienen, es imposible llegar a ellos.
Comunicación asertiva y coherente, de manual. Actitud de ayuda, enfoque pedagógico. Si un jugador percibe que el entrenador está para ayudarle es la mejor forma de convencimiento que he encontrado en estos años como psicóloga del deporte, y ese entrenador podrá exprimir el máximo rendimiento de ese jugador.”
Por ello, para poder «llegar» a nuestros jugadores, hay que empezar por el principio, dedicando tiempo en pretemporada a entrevistarnos con nuestros deportistas, conocerles, fijar objetivos y ajustar expectativas. Además, simples conversaciones antes de comenzar un entreno, manteniendo una escucha activa pero sin juzgar ni menospreciar los problemas de los jóvenes deportistas, nos darán mucha información para entender las sensaciones, porcentaje de aciertos versus errores, la falta de concentración u comportamientos de ese jugador concreto ese día, y seleccionar la mejor manera de comunicarse de forma efectiva.
Quiero agradecer enormemente la buena disposición y sobre todo a la curiosidad e interés de los numerosos presentes, lo cual me facilitó mucho la ponencia ante un foro más numeroso del que acostumbro, propiciando interesantes debates y un enriquecedor intercambio de opiniones y experiencias.
¡Vamos Granca!